Tengo la enorme alegría como padre y como compañero de trabajo, el compartir con ustedes, la celebración en esta ocasión del Día del Padre.

 

Y digo alegría pues para quienes sustentamos esta sublime bendición con responsabilidad, empeño y dedicación, es estar conscientes de que nuestra misión en esta vida es un esfuerzo constante por cultivar frutos de alta calidad, estoy convencido y eso lo compruebo con mi vivencia familia que ser Padre en la justa dimensión de la palabra, es toda una vocación.

Hay quienes se envalentonan argumentando que son padres, por solo hecho de engendrar.

Sin embargo, conozco a tíos, abuelos, padrinos, padrastros, hermanos o buenos amigos que han llenado la necesidad de amor y apoyo económico, dedicando a muchos niños, parte de su vida y de su apoyo, para procurarles un desarrollo integral sin esperar recompensas posteriores.

Quien ha asumido ese rol, merece el más profundo respeto y la mayor admiración y apreciación.

A cada uno de los que pueden exclamar con orgullo, soy un verdadero Padre, le comparto esta satisfacción que hoy siente mi corazón y le felicito con todo el sentimiento personal.

A todo un feliz día del Padre.